La transferencia de alimentos frescos y secos para asegurar la alimentación de las personas afectadas por las inundaciones de fin del año pasado y comienzos del actual en el noroeste del país fue para el INDA un gran desafío, sostuvo Lorbeer Se pudo realizar con la mayor eficiencia, pese a lo inédito que pueden resultar situaciones de este tipo, pues, si bien es una dinámica que se puede hacer, no es parte de un programa establecido del organismo, aclaró.
Lorbeer explicó que esta tarea específica de aporte de alimentos para los inundados coincidió con el fin del trabajo anual del INDA y de su vinculación directa con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), dado que a partir del 1 de ese mes pasó a cumplir funciones como unidad ejecutora del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
Para dimensionar el trabajo de asistencia a los inundados, el funcionario indicó que las crecidas en sí misma ya son impactantes para la población afectada, pero mucho más lo es el retorno de las familias a sus hogares.
“El transe del retorno es más profundo que el desplazamiento de los hogares y la evacuación, que está resuelta, en líneas generales, mediante medidas, porque implica vivir lo que el desastre climático dejó para cada uno de los integrantes de los hogares”, apuntó.
Explicó que en ese entorno, la labor del INDA fue muy útil, porque fue parte de un trabajo que se desarrolló en forma rápida y eficaz, coordinado por el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) a través de los comités departamentales, que resolvieron la situación en todos sus aspectos.
El INDA colaboró en no perder la seguridad alimentaria o si la misma existía no se profundizó, precisó, al tiempo que agregó que esta vez las inundaciones afectaron lugares que geográficamente, hasta ahora, no habían estado comprometidos en evento similares del pasado.
En tal sentido, afirmó que es un gran avance para el instituto integrarse al Mides, colaborando como un engranaje más, lo cual le da un mayor potencial de fortalecimiento territorial pues en 10 años de existencia el ministerio logró su propósito de descentralización de gestión y de esta forma hacer un trabajo de cercanía con la población que debe ser asistida en primera instancia.
Además de colaborar con la transferencia de alimentos frescos y secos al Sinae, también se accionaron otros mecanismos como los tarjetas alimentarias y con el incremento de los servicios en los centros CAIF u otras trámites que se adecuaran a las necesidades geográficas de cada departamento que atravesaba dificultades con las inundaciones, tanto en Paysandú, Salto, Rivera y Artigas.
Lorbeer señaló que en forma habitual el INDA tiene alimentos en stock, que están comprometidos para distintos programas y que nunca hay sobrante, porque se administra lo que hay en los depósitos de Montevideo y del interior del país en las intendencias departamentales.
“Hay lo suficiente para cumplir con las demandas de los programas existentes”, sostuvo.
Agregó que, justamente a fin de año, había un mínimo de stock que no era simétrico en todo el país, instancia que permite un nuevo acondicionamiento de los depósitos.
“Igualmente, al conjugar todos los servicios pudimos brindar los servicios y seguir haciéndolo, puntualizó. “A pesar de las dificultades que implican los días festivos de Navidad y Fin de Año, se logró adquirir rápidamente alimentos sustanciales para una emergencia, como es la carne fresca”, detalló.
El stock se movió tanto por compras, distribución y compromisos con otros programas del instituto, pero en menos de 24 horas los alimentos estaban en las zonas donde se precisaban para que, en la órbita del Sinae, el Ejercito pudiera elaborar la comida necesaria para los afectados, destacó Lorbeer.