MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA LANZÓ GUÍA ALIMENTARIA ENFOCADA A REDUCIR INDICADORES DE SOBREPESO Y OBESIDAD

Siete uruguayos de cada 10 tiene sobrepeso y tres de cada 10 presentan obesidad. Reducir y estabilizar la curva de crecimiento es uno de los objetivos sanitarios del Gobierno, porque desencadenan enfermedades no transmisibles como afecciones cardíacas, diabetes y cáncer. El Ministerio de Salud Pública presentó una Guía Alimenticia que centra la atención en bajar el consumo de productos ricos en sal, azúcar y grasa.

El Ministerio de Salud Pública (MSP) presentó una edición actualizada de la Guía Alimentaria, que contó con la participación de diversas instituciones del Estado, la sociedad civil organizada y la academia con el fin de orientar a los consumidores hacia el desarrollo de una alimentación más saludable.

“Tenemos un problema como sociedad moderna bastante extendido a nivel del planeta, que es el incremento cada vez más importante del sobrepeso y la obesidad”, sostuvo el ministro Jorge Basso, quien descartó la idea popular de que alimentarse es saciar el apetito, sin reparar en el tipo de alimento que consumen ni en la forma en que lo hacen, que muchas veces es “a las corridas”.

“En los últimos ocho años vimos un incremento exponencial en el consumo de alimentos con exceso de contenido de sal, azúcar y grasas. Estos alimentos, que en el procesamiento se les incorpora en forma excesiva estos ingredientes, afectan un conjunto de enfermedades no transmisibles (afecciones cardiovasculares, diabetes, algún tipo de cáncer)”, relató.

Basso indicó que mejorar los hábitos alimenticios es uno de los objetivos sanitarios para el quinquenio: “Nos planteamos disminuir y estabilizar la curva de crecimiento del sobrepeso y la obesidad. Hoy siete uruguayos  de cada 10 tiene sobrepeso y tres de cada 10 obesidad. Son porcentajes muy altos que debemos detener”, insistió Basso, quien los definió como factores de riesgo que, junto con el sedentarismo, facilitan el desarrollo de ese tipo de patologías.

Para este caso, el trabajo con la opinión pública, el sistema educativo y la industria, “a diferencia de lo que decimos de la industria tabacalera, a la que consideramos incompatible con la salud pública”, explicitó.

“Entendemos que debemos trabajar de forma mancomunada con la industria alimentaria dando criterios para disminuir de forma progresiva los alimentos que tienen exceso de componentes que dañan la salud. Hay muchos estudios al respecto que indican que las enfermedades no transmisibles tienen que ver con este tipo de alimentación”, fundamentó.

En este contexto, dijo que es importante incorporar una visión de género a la alimentación, donde quien prepara lo que se come no sea solo la mujer. “Debe incorporarse el hombre, promover el intercambio, privilegiar el momento de la alimentación, planificar las compras para sumar alimentos con valor nutricional como frutas y verduras. En la guía encontrarán conceptos muy claros, gráficos y fáciles de entender de por qué privilegiar determinados productos frente a otros”, recalcó.

En este sentido, se refirió a la incidencia de la publicidad en la toma de decisiones al momento del consumo y a la necesidad de trabajar en la titulación de los alimentos, tarea que se viene realizando. Muchas veces las personas llegan a un comercio y tienen dificultades para acceder a determinados alimentos. “La idea es facilitar la elección, que a golpe de vista ya se pueda tomar una decisión en base a información adecuada”, agregó.

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