CONSUMIR ALCOHOL DURANTE EL EMBARAZO PUEDE REDUCIR CAPACIDAD INTELECTUAL DEL NIÑO

El integrante de la Cátedra de Neuropediatría del Centro Hospitalario Pereira Rossell, Gabriel González, ante medios de comunicación, difundió valoraciones sobre la relación existente entre el embarazo y el alcohol y cómo se visualiza el tema puertas adentro del hospital.  Según explicó, si se analiza la frecuencia en función de la declaración de la paciente que concurre al centro de salud, el porcentaje de mujeres embarazadas que consumen alcohol ronda el 30 %. Sin embargo, cuando se realizan estudios en productos biológicos para ver la realidad, la cifra puede alcanzar el 50 % de las mujeres en período de gestación. Si el análisis es más preciso aún, se puede decir que un 13 % de las mujeres embarazadas consumen alcohol en cantidades elevadas. González, que fue uno de los disertantes en la conferencia organizada por el Ministerio de Salud Pública (MSP) denominada “El alcohol durante el embarazo y las hepatopatías”, explicó que no existe un consumo seguro en estos casos, un mínimo de seguridad que aísle al feto, por lo cual en las mujeres embarazadas la tolerancia es cero. “No hay un mínimo de cantidad de alcohol que pueda consumir una embarazada sin riesgo futuro para su bebé”, remarcó. El especialista indicó que el alcohol es la droga lícita más consumida y que no hay diferencias significativas entre sector público y privado. Tampoco existen diferencias relevantes entre las distintas edades de las mujeres que consumen en esta etapa, pero el inicio del consumo se da en etapas cada vez más tempranas. En lo que refiere a las consecuencias directas sobre el feto en caso de consumo de alcohol durante el embarazo, González dijo que pueden ser graves, lo que se conoce como “síndrome alcohólico fetal”. Esto implica alteraciones físicas y conductuales. Son niños que nacen con bajo peso, con una cabeza más pequeña (microcefalia).” Todos esos niños tendrán una menor capacidad intelectual”. “El efecto del alcohol en el embarazo es la principal causa de lo que antiguamente se llamaba ‘retardo mental no heredable y 100 % evitable’”, relató el neuropediatra del Pereira Rossell. Existen consecuencias menos graves, alteraciones que no se ven físicamente pero que impactan en el aprendizaje, la conducta y la futura inserción laboral. “Son alteraciones del neurodesarrollo vinculadas al alcohol, difíciles de detectar porque pueden ser más sutiles”, agregó.

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