Las infecciones por esta bacteria, que se desarrolla en forma natural en aguas marinas o desembocaduras de ríos, no se transmiten de persona a persona, y los eventos son infrecuentes: alrededor de 10 notificaciones anuales. Las consecuencias graves se dan únicamente en las personas inmunodeprimidas.
Existen dos formas de adquirirla: mediante el consumo o la incorrecta manipulación de frutos de mar crudos o no cocidos en su totalidad, o al ingresar al agua con heridas abiertas. Especialmente, las personas añosas y portadoras de enfermedades que afectan al sistema inmune son las que presentan los mayores riesgos -en estos casos, la bacteria puede ser mortal-.
Por otro lado, los eventos de lluvia torrencial bajan la salinidad del agua en las proximidades de la desembocadura de ríos y arroyos, lo cual genera condiciones locales favorables para la presencia de esta bacteria. Por consiguiente, es importante no ingresar al agua inmediatamente luego de una lluvia si se tiene una herida abierta. En el caso de que eso suceda, entonces habrá que limpiar la zona afectada rápidamente empleando agua y jabón.
Vibrio vulnificus
Puede encontrarse en las aguas marinas costeras y estuarios en zonas de climas tropicales y subtropicales que poseen un grado moderado de salinidad y temperatura del agua de entre 9 y 31 °C -siendo más común cuando la temperatura supera los 18 °C-.
Síntomas y medidas que se deben aplicar
Luego de exponerse a la bacteria, los síntomas aparecen de uno a tres días -en casos excepcionales puede darse siete días después- y suelen ser los siguientes: inflamación, calor y enrojecimiento de la piel alrededor de la herida, hasta llegar a un cuadro febril, escalofríos e incluso ampollas.
En ese caso, se tiene que consultar con un médico de manera urgente para comenzar el tratamiento con antibióticos; si no responde a esta medida, se recurrirá a la intervención quirúrgica.