El Ministerio de Salud Pública (MSP) convocó a una reunión de la comisión que trabaja en el seguimiento de los casos de Leishmaniasis visceral americana en perros que se detectaron en el departamento de Salto.El encuentro, presidido por la titular interina del MSP, Cristina Lustemberg, contó con la participación del director general de Salud, Jorge Quian, la directora de Epidemiología, Laura Solá, el representante de la OPS (Organización Panamericana de la Salud) en Uruguay, Eduardo Levcovitz, el director de Parasitología del Instituto de Higiene de Facultad de Medicina, Luis Callegari, y el director del Hospital de la Facultad de Veterinaria, Carlos Soto.También estuvieron presentes representantes de los ministerios de Ganadería, Agricultur y Pesca y de Turismo, así como del Sistema Nacional de Emergencias, entre otros organismos involucrados.
Callegari aseguró que esta parasitosis era esperada en Uruguay, ya que se venía expandiendo hacia el sur de América Latina. Hay focos en Paraguay, en el nordeste argentino y en el sur de Brasil, detalló.“Los casos de Salto son los primeros bien establecidos en perros”, afirmó.“Se sabe que en el caso de esta parasitosis, una vez consolidada en los perros, surgen los posibles casos humanos, por lo cual nuestro trabajo está centrado en acotar estos focos en los canes y abatirlos si es posible, para así evitar que la leishmaniasis como tal llegue a la población humana”, indicó Callegari.
Las autoridades coincidieron en la necesidad de definir medidas integrales, como se vienen haciendo, tanto de protección y prevención con los animales como en el uso de collares con el Insecticida deltametrina, de mosquiteros y de repelente en personas.También se recomienda separar los perros de la cama de los humanos, alejar las gallinas, que si bien no se infectan son fuente de infección para los flebótomos transmisores, como se llaman los insectos de unos tres milímetros que son vectores de esta enfermedad. Esos insectos, que viven bajo la materia orgánica y necesitan humedad y altas temperaturas para reproducirse, son los que pican a los perros y luego pueden hacerlo también con las personas. Es decir que el perro es el intermediario, pero como no se puede controlar al vector, lo que se debe hacer es actuar sobre el animal.
Los expertos dijeron tras la reunión que es fundamental la realización de análisis de sangre a los perros con o sin síntomas (anemia, inflamación del bazo), ya que a veces no manifiestan la enfermedad, pero son portadores. Es imprescindible este procedimiento para detectar los casos con certeza y por ello se apela en forma prioritaria a los veterinarios.Otra forma de contagio es por la vía sexual canina, por lo que instan a los criaderos a controlar con análisis de sangre a los perros involucrados en cruza antes de concretarse esta.Como se puede transmitir de madre a hijo, también es fundamental, según los especialistas, verificar si los cachorros nacidos de esa unión están infectados antes de entregarlos a un hogar, para evitar la expansión de la parasitosis en otros puntos de Uruguay.
Para poder limitar los focos iniciales es necesario tomar una medida que, aunque entienden es muy dolorosa, es central, como es el sacrificio de los perros infectados, ya que esos animales no tienen tratamiento porque no existe cura para este tipo de Leishmaniasis visceral americana.En este caso, lo que se sugiere es que el veterinario informe al dueño del can para que éste tome la decisión para evitar el contagio de otro animal o de una persona. “Es una recomendación de los organismos internacionales especializados en la salud”, aseguró Callegari.
En el caso de los perros callejeros, los expertos sugieren que se les realice análisis de sangre y se les coloque un chip para identificarlos, ya que muchas veces, sobre todo en el interior del país, esos animales suelen estar sueltos en el día y a la noche regresan a sus hogares, es decir que tienen dueños. De esta forma será más sencillo contactarlos para definir la situación del can.
“En Uruguay nunca hubo un caso de leishmaniasis en humanos” Si bien no se detectaron casos en humanos en Uruguay, se entiende prioritario contener la situación en los perros, ya que esta enfermedad en personas tiene alta gravedad y letalidad.Las personas contagiadas de Leishmaniasis visceral americana requieren un tratamiento exigente y complejo con medicación costosa, con importantes efectos secundarios, para lo cual es imprescindible la internación.
“Para el ser humano es necesario desarrollar un sistema de vigilancia, para que del modo más precozmente posible se pueda detectar algún caso”, dado que los síntomas, como son fiebre, inflamación del bazo e hígado y agrandamiento de ganglios, son similares a muchas otras enfermedades y, por ello, se demora el diagnóstico correcto, explicó Callegari.
Aseguró que en ese caso el médico debe incluir el estudio de la Leishmaniasis junto con los otros análisis.
Es una patología que afecta sobre todo a niños y niñas menores de 10 años. En el resto de los casos, afecta sobre todo a personas con enfermedades debilitantes o inmunosupresoras, portadores del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, o con órganos trasplantados.Las autoridades insistieron en la importancia del manejo ambiental en estos temas. El Ejército está actuando en la zona, realizando limpiezas, lo que consideran fundamental, indicaron las autoridades.
Soto precisó que es un tema en el que Uruguay viene trabajando desde 2013 y que el primer caso confirmado en perros en Salto se dio en febrero de 2015, desde cuando se viene monitoreando con atención el tema y diseñando protocolos de acción. Por su parte, Levcovitz insistió en la consolidación de este trabajo conjunto, con información precisa de esta parasitosis.“La situación en Uruguay es diferente a la de los países vecinos, donde está más diseminada”, puntualizó. “Los focos encontrados en Salto permiten orientar la intervención a realizar”, agregó
“Hay un consenso generalizado sobre los protocolos internacionales conocidos”, apuntó el representante de la OPS. “La leishmaniasis es una enfermedad antigua y conocida, no provoca las dudas de otras más recientes. Se sabe qué hacer”, insistió.“Lo que se hizo (en la reunión) fue discutir sobre el rol de cada uno y la forma de alimentar este grupo de trabajo para atender esta situación, que esté circunscripta y evitar que pase el particular período de verano”, sostuvo el jerarca, quien insistió en la importancia de desarrollar una comunicación, informar sobre el riesgo, que las personas entiendan lo que está ocurriendo y generar conciencia sobre la tarea y la acción de cada uno.
“Nunca hubo un caso de leishmaniasis humana en Uruguay y no está ni siquiera en especulación en este momento”, aclaró Levcovitz.