Las escuelas públicas y privadas de todo el país que recibirán a los vacunadores en el mes de abril ya tienen las autorizaciones que los padres deben firmar para que los alumnos de 6° año de primaria (de 11 años o más) puedan recibir, por un lado, la vacuna triple bacteriana (niños y niñas) que previene contra enfermedades como difteria, tétanos y tos convulsa, y por otro la primera dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (HPV), en este caso solo para niñas.
La campaña comienza el lunes 2 de abril, a un promedio de 12 escuelas por día. Los barrios de Montevideo comprendidos en forma inicial son: Cerro, La Boyada, La Paloma, Santa Catalina, Casabó, Pajas Blancas, Abayubá, Paso de la Arena, Santiago Vázquez, Pocitos, Buceo, Malvín y Unión. En total son seis equipos de técnicos desplegados en forma simultánea en el territorio nacional, de manera de cubrir las 2.379 escuelas públicas y privadas de todo el país.
La responsable del Área Programática Salud de la Niñez del Ministerio de Salud Pública (MSP), Claudia Romero, informó que no se vacunará a ningún niño que no cuente con el consentimiento de sus padres para hacerlo. Explicó que son seis equipos (tres en la mañana y tres en la tarde) conformados por vacunadores y administrativos (registro de datos) En casos puntuales asistirán estudiantes de Medicina y pediatras que brindarán información a los niños mientras esperan ser vacunados.
Romero explicó que hay dos instancias de vacunación: una en abril/mayo, y otra en octubre/noviembre, dado que se debe dar la segunda dosis de la vacuna contra el HPV. En caso que algún niño en condiciones de vacunarse no hubiera recibido la dosis de triple bacteriana en la primera etapa, también se le puede suministrar en el segundo periodo.
“Esta estrategia de vacunación en las escuelas es producto de un colectivo que analiza las coberturas vacunales. Uruguay tiene una buena tasa de cobertura vacunal pero siempre hay algunas poblaciones que están más vulnerables”, explicó Romero en alusión a los adolescentes o preadolescentes. “Los pediatras tenemos solo una instancia de encuentro al año con ellos, por lo que nos parecía que una forma de llegarles era a través del ámbito educativo, además de promover que se hablen temas de salud en los centros de enseñanza”, agregó.
“Vacunarse es una protección para uno, pero también es un acto de generosidad y de responsabilidad porque me protejo yo y también protejo a quienes me rodean”, agregó la experta.