Cada año, 15.000 uruguayos son diagnosticados con alguna patología oncológica. El cáncer es la segunda causa de muerte en el país (24 %). En la mujer, el cáncer de mama es el más frecuente, unas 1.800 son diagnosticadas por año, 600 fallecen. Si bien la tendencia de la mortalidad se encuentra en descenso, depende de manera directa de la detección precoz, explicó el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, en un desayuno de trabajo con periodistas, en el marco del cierre del Mes de Sensibilización sobre Cáncer de Mama, realizado el miércoles 31 en la sede ministerial.
El ministro destacó la importancia del diagnóstico oportuno, que depende directamente de que las mujeres se realicen el autoexamen mamario y, en caso de ser necesario, por edad o por recomendación médica, los controles de tamizaje. Esto implica la realización de una mamografía en las edades en las que suele manifestarse la enfermedad, entre los 50 y los 69 años.
Para favorecer el control precoz, el ministerio incluyó desde hace unos años la mamografía entre las prestaciones gratuitas para mujeres en ese grupo etario y cada dos años. Además, quienes deseen controlarse pueden acceder al día libre en sus trabajos sin perder la remuneración correspondiente.
En los casos en que se confirme el diagnóstico y se requieran tratamientos específicos, las personas afectadas pueden realizarse radioterapia y quimioterapia abonando solo un timbre profesional. Además, todos los medicamentos de alto precio asociados al cáncer de mama con la evidencia científica correspondiente son financiados por el Fondo Nacional de Recursos. “Todo el proceso de atención está cubierto por el sistema de salud sin dificultades para el suministro de medicación”, argumentó Basso.
La patología de mama registra en Uruguay un comportamiento similar al de los países desarrollados. En el caso de los hombres, la patología se desarrolla de manera sensiblemente menor (1 %).