Para el director general de Salud, Jorge Quian, los resultados del plan de acción implementado para el control de la leishmaniasis en el departamento de Salto fueron buenos, pues “no se presentaron casos en humanos y se le realizó la eutanasia al 80 % de los perros que se infectaron”. Además se dispuso en su momento el seguimiento de los canes estudiados.En ese contexto, las autoridades sanitarias viajaron a Salto el 31 de julio para anunciar la extensión de la situación de emergencia sanitaria establecida por decreto en enero.
El decreto de extensión, con fecha límite en febrero de 2017, enfatiza en la tenencia responsable, establece la notificación de los casos a los dueños de los perros (intermediarios en el contagio de la enfermedad) y el seguimiento con un chip implantado a los canes que no presentan síntomas.“Estamos satisfechos con la primera fase de la emergencia”, dijo Quian.
El objetivo de la segunda fase es profundizar las medidas para continuar con acciones que eviten casos en humanos. Entre otras medidas, se elaboró un carné de seguimiento para los perros infectados que no presentan síntomas, de manera de asegurar continuidad en el control de salud por parte de un veterinario. Quian explicó que el riesgo de esta enfermedad para las personas es importante, dado el alto índice de mortalidad en menores de diez años y el complejo tratamiento que implica para la recuperación de personas adultas.
La enfermedad de leishmaniasis es transmitida al perro por flebótomos (insecto vector de unos tres milímetros) que viven bajo la materia orgánica y necesitan humedad y altas temperaturas para reproducirse. Estos insectos pican a un perro y luego pueden hacerlo con una persona. O sea que el perro es el intermediario. Como no se puede controlar al vector, se debe actuar sobre el perro.
En su momento se recomendaron medidas de protección y prevención con los animales, como el uso de collares con deltametrina, el uso de mosquiteros y repelente en personas, separar los perros de la cama de los humanos y alejar las gallinas que, si bien no se infectan, son fuente de infección para los flebótomos transmisores.