El Poder Ejecutivo remitió al Parlamento el proyecto sobre gestión integral de residuos, cuyo objetivo es proteger el ambiente, promover un modelo de desarrollo sostenible mediante la aplicación de una estrategia de economía circular que propicie el reciclaje de residuos, potencie nuevas formas de negocios y genere empleos formales. Su redacción está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En los últimos 150 años, el mundo ha estado dominado por un modelo de producción y consumo lineal, en el que los bienes se producen a partir de materias primas, se utilizan y son desechados como residuos. A lo largo de los años, las sociedades han aumentado constantemente el consumo de bienes, lo que ha llevado también a un aumento constante de la generación de residuos, señala la exposición de motivos del proyecto de ley. Uruguay no es ajeno a esta tendencia, prosigue, por lo cual, el Gobierno considera clave avanzar hacia una gestión sostenible de residuos en la que se priorice minimizar su generación y su valorización.
El texto integra los aspectos ambientales derivados de los residuos con la dimensión social asociada a la informalidad de la clasificación y reciclado de estos materiales. Su objetivo es proteger el ambiente, propiciando un modelo de desarrollo sostenible mediante la prevención y reducción de los impactos adversos de la generación y gestión de los residuos y el reconocimiento de estos como un recurso reutilizable y reciclable, capaz de generar valor y empleo. Por esto, la norma propuesta conjuga la inclusión social, laboral y productiva de clasificadores a través de la creación de empleos dignos en la gestión de residuos.
El proyecto está alineado a una estrategia de economía circular, en la que se optimiza el uso de materiales, para darle una segunda vida a los residuos y potenciar el desarrollo de nuevas formas de negocios y la creación de empleos verdes asociados a la cadena de recuperación y valorización de materiales.
La Agenda 2050 para el Desarrollo Sostenible establece, entre sus objetivos, garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles (ODS 12). Uno de sus ejes de actuación es el vinculado con la reducción de residuos a través del impulso del consumo responsable y la aplicación de la prevención de su generación, así como la promoción del reciclado y otras formas de valorización